GABRIEL ECHAVARRIA MISAS
Hijo de Alejandro Echavarría Isaza y de Ana Josefa Misas Euse. Hermano de Guillermo, Diego y Carlos J. Echavarría Misas.
Hizo estudios de literatura, comercio, música y lenguas modernas en Medellín, en el Colegio de los Padres Jesuitas, y en Inglaterra; conocía el francés y el inglés como su propia lengua, y era muy aficionado al piano, instrumento que llegó a dominar con maestría. Viajó mucho por Europa y Estados Unidos; en varios países dejó muchos amigos personales y desarrolló valiosas conexiones para los negocios de su casa. Colaboró hábilmente en la casa comercial de su padre, conocida internacionalmente bajo el nombre de Alejandro Echavarría e Hijos. En el año 1907, en compañía de su padre y de sus primos, los señores R. Echavarría & Co., fundó la Cía. Colombiana de Tejidos, hoy conocida como Coltejer.
En el año de 1935 compró a los Bancos de Medellín y a la Compañía de Jesús, la empresa conocida como Locería de Caldas, a la cual se dedicó con gran entusiasmo hasta su muerte, habiendo logrado convertirla en una de las primeras industrias del país; cuando adquirió esta empresa, en ella trabajaban setenta obreros, y a su muerte el número de éstos había aumentado a más de quinientos.
Fue entusiasta partidario de las democracias, muy amigo de miembros destacados de la colonia inglesa en Medellín, gran admirador de Inglaterra, y durante varios años ocupó la presidencia del Instituto Colombo-Británico en Medellín.
Fue uno de los fundadores de Industrias Metalúrgicas Unidas (Imusa) y miembro de su Junta Directiva. Fue fundador, con su hermano Alejandro Echavarría, de la Calcetería Alpha, que más tarde se unió con Pepal, la que subsistió definitivamente con el nombre de Pepalfa. Fue miembro activo durante muchos años del Club Rotario de Medellín y ocupó la presidencia de éste.
Echavarría Misas estuvo muy vinculado al Hospital San Vicente de Paúl, en el cual colaboró activamente con su padre. Hombre de gran generosidad y espíritu cívico, estuvo siempre atento a prestar ayuda desinteresada y noble en toda obra de progreso ybeneficencia. Fue fundador del Aguinaldo de los Leprosos, hermosa iniciativa que continuó don Guillermo Greiffeinstein.
De su matrimonio con Elena Olózaga Restrepo (hija de don Belisario Olózaga Quijano, nacido en Cartes, Cantabria, España, y María Rosa Restrepo Uribe) tuvo los siguientes hijos: Felipe, agricultor e industrial, director de varias empresas, entre ellasBavaria y Banco del Comercio. Hernán, ingeniero y abogado, que fue Ministro de Obras Públicas en el gobierno del doctorAlfonso López Pumarejo, miembro de la Cámara de Representantes y muy vinculado a la política liberal; Elkin, que fue Gerente de la Locería Colombiana y hombre de negocios; Norman, también hombre de negocios y uno de los directores de la misma Locería Colombiana, y Alice, casada en Cali con Alvaro Garcés Giraldo, hijo de don Jorge Garcés Borrero.
Corona (Colombia)
La Organización
Corona es una multinacional colombiana, de propiedad de la Familia
Echavarría Olózaga, verticalmente integrada desde la minería de insumos
industriales, manufactura de cerámica y otros materiales de construcción, y
comercialización de productos para el hogar y la construcción a través de sus
tiendas Homecenter y
Almacenes Corona. Está compuesta por ocho unidades de negocio y cuenta con
17 plantas de manufactura en Colombia y 2 en los Estados Unidos, así como con
una oficina de suministros en China, una comercializadora de revestimientos en
Estados Unidos y una comercializadora en México. Genera más de 18.000 empleos y
exporta sus productos a diversos mercados alrededor del mundo, incluyendo
Estados Unidos, Canadá, México, Brasil, Chile, Venezuela, Centro América, el
Caribe, Italia, España, Portugal, Rusia, Israel y el Reino Unido.
Principales productos y/o servicios
·
Revestimiento de piso y pared.
·
Adhesivos para la instalación
de pisos y enchapes.
·
Acabados y preparación de
superficies.
·
Porcelana sanitaria.
·
Bañeras y accesorios para
baño.
·
Muebles y accesorios para
cocinas.
·
Griferías y accesorios para
baño y cocina.
·
Vajillas cerámicas para el
sector hogar e institucional.
·
Aisladores cerámicos para distribución
de energía.
·
Procesamiento de Minerales no
metálicos para la producción de cerámicas, vidrio y pinturas.
Antecedentes
La Organización
Corona nace en el año de 1881 con la compañía Cerámica Antioqueña, una empresa localizada
en el municipio de Caldas, departamento de Antioquia, y dedicada a la
producción de loza y vidrio. En 1935 fue adquirida por el industrial antioqueño Gabriel Echavarría
Misas quien se ocupó de ella hasta su muerte en 1943. Entre
1948 y 1960 incluyó en su portafolio de productos los revestimientos, la
porcelana, la baldosa cerámica y la explotación y comercialización de minerales
no metálicos. Este proceso llevó a la organización a Madrid Cundinamarca y del
mismo surgió lo que hoy es la sociedad Electroporcelana Gamma S.A.
Entre 1961 y 1980
se extendió al mercado de EE.UU. En 1962 instaló una planta para la fabricación
de artefactos sanitarios, siendo el objetivo de ésta la producción en línea
para la exportación al mercado del país norteamericano. En 1963 acompaña la
creación de Grival, una empresa diseñada para la producción de grifería
metálica y plástica. Para ese mismo año su proyección se afianzó con la
creación de una fábrica de maquinaria para la elaboración de productos
cerámicos en asocio con Crossley Machines.
Su consolidación
en los distintos mercados de América comenzó a gestarse desde 1980 con la
construcción de una planta de producción de revestimientos para piso en el
municipio de Sopó, departamento de Cundinamarca (el reacondicionamiento de ésta
se dio en 1997 con una inversión de más de 35 millones de dólares). En 1994 se
asoció con Sodimac de Chile para iniciar la cadena de almacenes Home Center.
Esta unidad de negocio se complementó en 1998 con los formatos de Hipercentro
Corona y Tienda Cerámica. En el plano internacional la comercialización de los
productos Corona se ha venido gestando con la creación de Domesa (empresa
lanzada 2001 en México para la distribución de vajillas) y Orchid Ceramics
(empresa creada en EE.UU para la distribución de revestimientos cerámicos).
Este proceso de apertura ha involucrado, también, la adquisición del control de
Mansfield LLC (productora y comercializadora de sanitarios en EE.UU) y la
alianza de la cadena de Panamá para el lanzamiento del formato de Hipercentro
Fundación Corona
La Fundación
Corona es una fundación privada, sin ánimo de lucro,
que apoya y financia iniciativas orientadas a fortalecer la capacidad
institucional del país en cuatro sectores sociales estratégicos: educación, salud, desarrollo
empresarial y desarrollo local y comunitario.
Fue creada en 1963
por la Familia Echavarría Olózaga, destacados empresarios
colombianos que han estado ligados al desarrollo industrial del país a través
de la creación y operación de Corona, organización empresarial dedicada
principalmente a la manufactura y comercialización de productos cerámicos.
De esta manera, la
Fundación Corona representa el compromiso social de una familia y entiende su
labor como la de apoyar programas y proyectos innovadores y de impacto, que
contribuyan a mejorar las condiciones de equidad y pobreza en Colombia.
Origen
La familia
Echavarría Olózaga ha estado ligada al desarrollo industrial del país durante
los últimos tres cuartos de siglo, a través de la creación y operación de
Corona, organización empresarial dedicada principalmente a la manufactura y
comercialización de productos cerámicos.
Como líderes
empresariales, los Echavarría Olózaga se han caracterizado por su espíritu de iniciativa,
desempeñando un papel pionero en la innovación tecnológica y en la adopción de
principios modernos de gestión empresarial. Comprometidos con el desarrollo
económico del país, ejercen un sentido profundo de responsabilidad para con la
sociedad en que viven.
Este sentido de
responsabilidad los condujo a crear, en 1963, la Fundación Corona –al principio
bajo el nombre de Fundación Santa Elena– con el propósito de promover el
crecimiento integral de las comunidades cercanas al área de influencia de las
plantas manufactureras. En ese entonces, la Fundación operaba en forma directa
programas asistenciales de educación, vivienda y salud, principalmente.
A finales de la
década de los ochenta, y coincidiendo con el proceso de cambio organizacional
de Corona para adaptarse a las nuevas exigencias de la apertura y la
globalización económica, la Fundación modificó su nombre por el actual y tomó
cuatro decisiones determinantes para su futuro: primero, la de no ser operadora
directa de programas y proyectos, sino más bien facilitadora o promotora de
estos. Segundo, amplió su espectro de intervención a la sociedad en conjunto, y
dejó la responsabilidad del trabajo con las comunidades en las propias empresas
de la Organización Corona. Tercero, formó un equipo directivo y
técnico altamente profesional y, por último, constituyó un sólido patrimonio
propio. Desde entonces, la Fundación se ha dedicado a adelantar programas de
gran alcance que beneficien a todo el país.
La familia
Echavarría Olózaga ha sido inspiradora de la orientación de la Fundación y
actualmente miembros de tres de sus generaciones participan de manera activa en
su alta dirección. Además, la auspician a través de aportes económicos.
La Fundación
Corona representa el compromiso social de una familia y una organización
empresarial y cumple con él, actuando como su conciencia social. Entiende su
labor como la de apoyar programas y proyectos innovadores y de impacto, que
contribuyan al fomento de la equidad y a la reducción de la pobreza en
Colombia, a través del desarrollo institucional en las áreas de salud,
educación, desarrollo empresarial y gestión local y comunitaria. Para ello
apoya y financia iniciativas que, ejecutadas por entidades privadas o públicas
(por ejemplo ONG, universidades, fundaciones, corporaciones, organizaciones
ciudadanas, centros de investigación, etc.), contribuyan a fortalecer la
capacidad institucional del país en estos cuatro sectores sociales
estratégicos.
Cómo trabaja
La Fundación
Corona tiene como propósito central contribuir al fomento de la
equidad y a la reducción de la pobreza en Colombia. Para ello, se enfoca en
cuatro áreas que considera fundamentales: salud, educación, gestión local y
comunitaria y desarrollo empresarial.
En estas áreas
aplica tres estrategias de trabajo muy concretas:
·
el desarrollo de modelos de
gestión útiles a organizaciones y colectivos sociales como escuelas,
hospitales, microempresas y organizaciones comunitarias, de manera que puedan
hacer su trabajo más eficiente (efectividad organizacional).
·
el desarrollo de conocimiento
sectorial especializado y la promoción de debates públicos en los temas de su
interés para hacer posible mejoras en el diseño y formulación de políticas
públicas.
·
la promoción de la participación
ciudadana que permita la solución de los problemas de las comunidades y
favorezca el seguimiento y control a los gobiernos locales, lo mismo que el
desarrollo de programas de generación de oportunidades de empleo e ingreso para
población vulnerable.
La Fundación
trabaja estableciendo alianzas que le sumen efectividad, sostenibilidad y
disponibilidad de recursos a sus iniciativas. Privilegia el apoyo a programas y
proyectos que planteen innovaciones en la forma de solucionar problemas o que
desarrollen nuevos conocimientos. Finalmente, se concentra en aquellas
iniciativas que demuestren mayores posibilidades de ser efectivas y que generen
un impacto sistemático y duradero.
Organización Corona. El imperio de la cerámica
Al cumplir 123 años, Locería Colombiana, empresa vertebral de la
Organización Corona, y sus demás compañías consolidan los
valores de sus precursores, la familia Echavarría.
En la historia del empresariado colombiano es fácil identificar lazos entre
prosperidad económica y arraigados valores familiares. Por ejemplo, respetar,
promover y valorar a la gente ha sido, en el caso de los Echavarría Olózaga, el
secreto para crecer como unidad familiar y también como empresa, la
Organización Corona. A pesar de haber revolucionado la gestión empresarial
del país en los años 50, al delegar en terceros la administración de sus
negocios, los Echavarría Olózaga han permanecido al frente de su destino.
Como familia, tienen planes muy concretos en sus dos actividades centrales, la industria y la
responsabilidad social, que han consignado en un plan estratégico a 2020. Son distintos los logros
empresariales de estos paisas. La Organización Corona se ha distinguido por una marcada especialización
de sus negocios en la fabricación de productos cerámicos y accesorios para el hogar. También han sido
fuertes en gestión del recurso humano, gobierno corporativo y en adoptar, cada vez con más fuerza, una
vocación internacional. Este año, planean exportar US$100 millones a Estados Unidos, Reino Unido,
Francia, Italia, México, Canadá, Chile, Venezuela y Ecuador, entre otros países. ¿Qué pasado les permite
proyectar con tanta seguridad su futuro?
Casta de empresarios
La familia Echavarría Olózaga forma parte de una marcada dinastía empresarial. Antonio Echavarría
Jáuregui, el primero de ellos, data del siglo XVII. Cinco generaciones más tarde, el comerciante Rudesindo
Echavarría Muñoz fundó en 1875 la casa comercial Rudesindo Echavarría e Hijos en Medellín. Este
negocio generó ingresos para crear algunas de las empresas más grandes del país.
Rudesindo Echavarría tuvo dos hijos, Rudesindo y Alejandro. Por su contextura, pasado de kilos el uno,
Rudesindo, y esbelto el otro, Alejandro, los apodaron el Echavarría gordo y el Echavarría flaco. Este
apelativo perduró en sus descendientes. Hombres visionarios, ambos demostraron una capacidad increíble
para crear empresas. Alejandro fundó Coltejer, el hospital San Vicente de Paúl, la primera empresa de
energía eléctrica de Antioquia y el Banco Alemán Antioqueño. Mientras que un hijo de Rudesindo,
Rudesindo Echavarría Echavarría, fundó Fabricato. Es decir, entre flacos y gordos crearon las textileras
más grandes del país. Algo particular tenían estos empresarios que heredaron a otras generaciones.
Los Echavarría Olózaga provienen de la rama de los flacos. Don Gabriel Echavarría Misas, hijo mayor de
Alejandro Echavarría, se casó con Helena Olózaga y tuvo cinco hijos: Hernán, Elkin, Norman, Alice y
Felipe. Don Gabriel fue un hombre de empresa y uno de sus mayores aciertos fue educar bien a sus hijos
y comprarles una fábrica de lozas prácticamente quebrada a unas monjas en 1935.
La semilla de un sueño
Paralelo al desarrollo de los Echavarría en Medellín, se gestaban en Caldas, Antioquia, los inicios de la
Locería Colombiana. Su antecedente se dio el 13 de agosto de 1881 con la fundación de la Compañía
Cerámica Antioqueña, una de las primeras sociedades anónimas del país. Aprovechando los depósitos de
arcilla, abundantes en esas tierras, la empresa se dedicó a la producción de loza, como también de
artículos de vidrio y alfarería en general.
En la fundación de la empresa participaron distintos inversionistas, entre ellos, Teodomiro Llano y el
alemán Reinhold Paschke, socio principal y encargado de la dirección técnica, quien desde el comienzo la
desarrolló tecnológicamente. En sus primeros años de vida, la compañía cambió repetidas veces de
dueños y de nombre. En 1891 la Locería fue refinanciada y pasó a manos de Enrique Restrepo y sus
hermanos, quienes la vendieron en 1906 a la exportadora de café Mejía & Echavarría. Enrique Echavarría,
su propietario, le cambió el nombre por la Fábrica de Loza de Caldas. Luego, en 1918, esta firma fue
liquidada y su nuevo dueño, Enrique Mejía y Cía. amplió las instalaciones y llegó a tener 40 empleados y 6
hornos. Entonces producía platos, pocillos, bandejas, lecheras, ladrillo refractario para construcción y
atanores.
Para 1922, sus productos se vendían en Santander, Atlántico, Bolívar, Tolima, Caldas y Chocó. Pero en
1930, Enrique Mejía y Cía. quebró y la firma pasó a manos de los acreedores, muchos de ellos entidades
bancarias. Los nuevos dueños formaron una sociedad anónima en 1931 con el nombre de Locería
Colombiana S.A. En testimonio de Hernán Echavarría Olózaga (ver recuadro), "la Locería era un negocio
quebrado, había pasado a manos de varios bancos y unas monjas, que habían prestado dinero a la
compañía. Las monjas se quedaron con la empresa y pusieron a un administrador para manejarla. Papá la
compró quebrada". Y así, Gabriel Echavarría y sus hijos se hicieron a la Locería Colombiana en 1935.
Del conocimiento al crecimiento
Rápidamente, los Echavarría transformaron la Locería Colombiana. Comprar una compañía en bancarrota
era una apuesta arriesgada, pero Gabriel Echavarría sabía lo que hacía. El mismo año en que la compró,
se inauguró la Central Hidroeléctrica de Guadalupe, y con la prestación del servicio de energía eléctrica,
mejoraron ampliamente los procesos lo cual impulsó una expansión sin precedentes. Pero el conocimiento
de los Echavarría Olózaga, Gabriel y sus hijos, todos igualmente responsables de su desarrollo, fue lo que
más contribuyó en su crecimiento. Felipe, el hijo mayor, asumió la gerencia hasta 1941, tiempo en que
modernizó la empresa. Entre otros, trajo en 1936 a un técnico alemán e importó dos molinos de Alemania.
En esta época, el criterio y la formación empresarial de los Echavarría fueron decisivos. Por ejemplo,
empezaron a contratar gran cantidad de ingenieros de la Escuela Nacional de Minas de Medellín. Y así,
desde el comienzo, el recurso humano apalancó su expansión. Por estos años, la Locería Colombiana
pasó a ser una de las empresas más grandes del país. La Segunda Guerra Mundial favoreció a la empresa,
pues la obligó a desarrollar tecnología para producir baldosín y sustituir el importado. En ese momento, ya
eran competitivos por calidad y precio. De tener 70 obreros en 1935 pasó a 500 en 1943. Este año murió
don Gabriel Echavarría y la segunda generación quedó al mando. Aquí la especialización fue fundamental.
Hernán se ocupó de las finanzas, la contabilidad y los costos, Elkin se involucró en el área mercantil y en
la distribución, mientras que Norman, que había estudiado cerámica en Estados Unidos, en los procesos.
La primera estructura formal de la empresa.
En los años 50, la familia delegó la administración en profesionales independientes. Esta estrategia,
inusual en su momento e incluso hoy, permitió crear empresas de envergadura. El liderazgo de los
Echavarría y el talento de la gente transformaron la empresa. En 1950, se fundó en Bogotá la Compañía
Colombiana de Cerámica y en 1952 se inició la producción de azulejos en Cundinamarca. En 1955, nació
Porcelana Sanitaria, dedicada a la elaboración de productos sanitarios, y dadas las necesidades del país
en estos productos hizo crecer a la empresa. En 1962 se inició la construcción de la planta de Grival, para
la producción de grifos y accesorios metálicos, y en 1963 nació Sumicol para explotar minas. Estas y
otras empresas fueron conformando lo que hoy representa uno de los conglomerados empresariales más
grandes del país.
Organización Corona a 2020
A finales de la década del 80, se dio un nuevo vuelco generacional. Los nietos de Gabriel Echavarría, la
tercera generación, se involucraron en los rumbos del grupo. En estos años, la Organización Corona se
extendió en una agresiva integración vertical para conquistar mercados externos. Este esfuerzo
internacional se profundizó desde los años 90 hasta hoy. En 1991, Francisco Mejía, quien había presidido
la compañía durante más de 20 años se retiró, al tiempo que los Echavarría establecían un protocolo
familiar, con buenos resultados.
La década del 90 planteó retos importantes para el grupo. Para profundizar su integración, reforzó el
mercadeo y la distribución de sus productos al crear en 1994 las cadenas de almacenes HomeCenter, en
asocio con la empresa chilena Sodimac. En 1996, la organización reaccionó ante la apertura y empezó a
trabajar con el esquema de holding de inversión -junto con Carvajal fueron los primeros en usar esta
estrategia-. La experiencia funcionó y se complementó con la creación en 2000 de una gerencia de gestión
integral de la compañía.
A pesar de tener 123 años, Corona es una compañía ágil y proactiva. La reciente compra del 34% de la
empresa Mansfield en Estados Unidos, que produce porcelana sanitaria, evidencia el potencial de este
conglomerado. En suma, los planes de la familia Echavarría a 2020 -convertirse en una de las familias más
prestantes en América Latina en industria y responsabilidad social- tienen un sólido sustento
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